viernes, 19 de diciembre de 2008

INFORME REALIZADO POR EL PROYECTO DE EXTENSIÓN SOBRE VIOLENCIA ESCOLAR



OSORIO, Fernando. Violencia en las escuelas. Un análisis desde la subjetividad. de. Noveduc. Buenos Aires 2006

Fernando Osorio inicia sus estudios considerando a la noción de violencia escolar como una construcción social. El autor propone redefinir la noción de violencia escolar entendiéndola como violencia social que irrumpe en las escuelas. Para ello analizará desde la sociología del conocimiento el imaginario social y desde el psicoanálisis la constitución subjetiva del hombre.


Considera a la violencia como un fenómeno multicausal. Para ello toma dos parámetros, el punto de vista subjetivo y el punto de vista social. Desde el punto de vista social, tiene sus raíces en el origen y la conformación institucional del país, coincidiendo respecto al origen subjetivo de la violencia que se da en los tiempos de la constitución subjetiva. Osorio plantea entonces la influencia del Estado tutelar desde las Organizaciones de “protección” para los niños, la utilización de los niños como botín de guerra, las primeras leyes (La Ley del Patronato de la Infancia de 1919 y la Ley de Adopción 1946) y la última dictadura donde los niños son nuevamente botín de guerra, como lugares de determinación de la violencia desde lo social.
Desde el psicoanálisis piensa la violencia desde la perspectiva en la cual el mismo sujeto está involucrado y no como hecho aislado que se le impone. plantea la idea de violencia escolar como construcción social, no innata, contraria a la ideología que criminaliza a los jóvenes,que emparenta a la pobreza a la delincuencia, especialmente difundida por los medios y convalidad por la opinión pública.
“Lo subjetivo y lo social se desarrollan en forma conjunta y no pueden ser pensados de otro modo. Lo subjetivo y lo social son indisociables. Y al igual que en la constitución subjetiva del hombre, y tomando la psicología freudiana de que la psicología social esta proyectada en la psicología social, decimos: decimos la violencia que se genera en los pueblos es consecuencia de la perversión que haya tenido lugar en el origen de la conformación institucional de ese pueblo. Esto dará, como resultado toda una serie de construcciones sociales que en su intento de explicar “una realidad” desconocen el origen de esa construcción. Este el caso de la violencia escolar que deja afuera la responsabilidad subjetiva. La culpa es siempre de los otros”.
Teniendo en cuenta la influencia de los orígenes jurídicos y las malas interpretaciones que de ellas se hacen, el autor plantea el error conceptual que significa denominar delito a las transgresiones de los menores de edad, dado que al ser inimputables para la ley, los niños no cometen delitos.
Pensada la niñez desde el abandono en el Estado tutelar en la Argentina se traslada a pensarse como delincuente, es decir ligar la pobreza y el abandono al delito.
La inimputabilidad del menor implica el carecer la facultad de conocer la norma, aunque en la Argentina siempre estuvo condicionada por el criterio del juez. los menores son igualmente encerrados porque se les supone un potencial riesgo par el o para terceros sin un debido proceso. Esto conlleva a que que la inimputabilidad no es más que la intención de ejercer control y vigilancia , sin la idea de que esa población salga de la esfera del control del Estado (población cautiva).
“El espíritu jurídico tutelar que aún impera sobre los niños y los adolescente cuestiona permanentemente esta particularidad de la infancia. No considera que haya padres reales y desestima su presencia real. Cuestiona la patria potestad aún con la presencia de los padres.”
Osorio plantea aquellas consecuencias, que en algunos casos son psicopatologías, que se desencadenan desde el aspecto subjetivo a partir de los “accidentes” subjetivos a lo largo de la constitución subjetiva y de la crianza. Entre ellas la neurosis, la perversión y la psicosis.
A fines de 2003 se propuso en distintos distritos del país sustituir el viejo sistema disciplinario de amonestaciones por los Nuevos Acuerdos de Convivencia Institucional. pero en un estudio posterior ordenado por la Dirección General de Escuelas de la Provincia determinó que el 80% de las escuelas públicas y el 60% de las privadas que tenían acuerdos decidieron volver al viejo sistema. La posible respuesta que brinda el autor es que al convivir ambos sistemas, uno disciplinario (oculto) y uno democrático, se favorecen prácticas sociales de extralimitación que producen violencia. Hostilidad que padece todo el sistema educativo.
Este fracaso se debe a que el sistema educativo actual no contempla la existencia de nuevos factores sociales: la desintegración social, el desempleo, el desequilibrio en los roles de la familia, las consecuencias críticas de la economía mundial “globalizada” que determinan nuevas conductas. Tomando la idea y frase de Agamben, Osorio cita. “ La jornada escolar del niño contemporáneo ya casi no contiene nada que todavía pueda traducirse en experiencia. El niño moderno vuelve de la escuela a su casa, extenuado por un fárrago de acontecimientos divertidos o tediosos, insólitos o comunes, atroces o placenteros, sin que ninguno de ellos se haya convertido en experiencia. Esa incapacidad para traducirse en experiencia es lo que vuelve hoy insoportable como nunca antes la asistencia a la escuela, y no la supuesta mala calidad (atribuida) del sistema educativo o la insignificancia de la vida escolar contemporánea con respecto a la del pasado; al contrario, quizás la existencia cotidiana y la vida en la escuelas nunca fueron más ricas en acontecimientos significativos.
La perdida del orden democrático en las escuelas se debe a que sus pilares históricos se han sustentado en una ideología autoritaria, una falsa moralidad, la cuestión del laicisismo y un fondo común de verdades como modelo de pensamiento permitió la aparición de la jerarquía dentro del sistema educativo, lo cual generó desintegración escolar. Esto si produce violencia escolar como violencia generada por el sistema educativo.
Desde la mirada de la violencia social como construcción social, el autor plantea que ha sido subjetivada, como si le aconteciera al sujeto sin que pueda hacer nada. Se ha constituido en un concepto construido a partir de una realidad cotidiana. El autor plantea que el“concepto como el de violencia en las escuelas no es admisible socialmente porque se romperían todos los mitos que se han armado para sostener esa realidad, frente al saber colectivo. Por esa razón, se advierte que se produce un gran malestar a la hora de hablar de violencia 'en' las escuelas y no de violencia escolar. Porque la violencia 'en' las escuela cuestiona a la sociedad toda. Profundizando el análisis, se observa que la sociedad produce un saber, una nominación para ciertos fenómenos difíciles de abarcar y contener, en un contexto político, económico, histórico, determinado.”
El trabajo escolar que no realizan los chicos, es decir la participación en cada proceso, advierte la ruptura con el orden democrático.
En el libro se elaboran propuestas para resolver las cuestiones ligadas a la irrupción de la violencia social en la escuela. Se plantea que la burocracia y la corrupción institucional han dañado el sistema educativo, el cual sin haber logrado desatarse de sus orígenes autoritarios, no logra construir definitivamente un orden democrático interno. Por esta razón, es urgente impregnar las aulas de un espíritu participativo para la conformación acordad de una ley que rija para todos por igual. Dado que los hechos de violencia son hoy una de las prioridades a resolver, se deben aplicar estrategias de reducción de los daños que provoca la violencia social que irrumpe en la escuela. Es urgente dotar a todas las escuelas, desde el nivel inicial hasta el último año de secundario, con Consejos de Aula, como estrategia de práctica democrática para la resolución no violenta de los conflictos entre pares y entre alumnos y docentes.
Finalmente la problemática de la violencia en las escuelas se da en dos niveles:
l Nivel estructural: los legisladores y el gobierno lo deben analizar desde 2 perspectivas:
-Social:intensificación de los procesos de exclusión social; perdida del ideario escolar de exclusión social; falta de perspectiva de movilidad social; perdida de legitimidad de la autoridad; ruptura del proyecto académico o laboral.
-Politica: descentralización de la educación; asignación de porcentajes insuficientes al presupuesto educativo; desarrollo de políticas públicas que no se pueden sostener en la práctica; la polémica permanente por la ley de financiamiento educativo; formación docente deficitaria; inoperancia, improvisación e ineficacia de la organización de los programas escolares.
l Nivel institucional:tema de equipos técnicos en conjunto con los docentes desde una perspectiva organizacional e interpersonal, teniendo en cuenta la ruptura del orden democrático, la organización y administración de sanciones, el abuso y el maltrato entre pares, docentes y alumnos así como manifestaciones psicopátologicas individuales.
Se indagará luego en las adicciones y la cuestión grupal en los niños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario